Uno de los signos de una alma sensible al amor es el de observar los pequeños detalles. Muchas veces son las pequeñas cosas las que nos cautivan para enamorarnos de una persona; un gesto, una atención o una frase son suficientes para caer en las redes. El amor nos invita a prestar atención, y nos va agudizando la percepción de pequeños signos que nos puedan confirmar que somos correspondidos. En fin, el amor desarrolla nuestra sensibilidad para percibir los mensajes de Dios que nos hacen saber y sentir amados.
En este capitulo Miedosa
camina enamorada y alegre en compañía de su amado Pastor. El le ha expresado su
AMOR con signos y detalles que se lo han confirmado. Esa mañana, rodeada de
campos llenos de colores y aromas, caminando con su amigo, Miedosa se siente
cómoda y con la libertad de ser ella misma porque se sabe segura al lado de su
amado. En estos momentos de paz y alegría, sus ataduras emocionales no se manifiestan
y nada le incomoda.
Y es que la magia del amor nos envuelve en una nube de hermosura donde no importa el lugar que estemos, este nos parece un paraíso, y no importa cuanto tiempo pase, así sea un instante, este se convierte en eternidad y queda grabado en nosotros para siempre. El amor nos seduce y cautiva por su belleza y es capaz de romper las barreras del tiempo para hacernos vivir el momento presente de tal manera que podamos corresponder a ese amor y percibir lo inmenso de ese regalo, el maravilloso don de amar.
Y es que la magia del amor nos envuelve en una nube de hermosura donde no importa el lugar que estemos, este nos parece un paraíso, y no importa cuanto tiempo pase, así sea un instante, este se convierte en eternidad y queda grabado en nosotros para siempre. El amor nos seduce y cautiva por su belleza y es capaz de romper las barreras del tiempo para hacernos vivir el momento presente de tal manera que podamos corresponder a ese amor y percibir lo inmenso de ese regalo, el maravilloso don de amar.
El verdadero sentido de la vida, que nos da la mayor
de las alegrías, es “DEJARSE AMAR”, para ello hay que superar la prueba de la
confianza. ¿Y no es la desconfianza el mayor impedimento que tenemos para vivir
la plenitud del amor?
El amor nos hace ver la belleza del lo que
nos rodea y es cuando estamos enamorados que podemos maravillarnos de la
creación y de sus creaturas. El amor abre nuestros corazones a una mayor
gratitud hacia Dios, nos hace salir de nosotros mismos para aprender a
contemplar, comenzando por observar.
Miedosa se asombra al ver la belleza de
los campos llenos de flores silvestres, y al contemplar su belleza se
entristece de que no sean apreciadas ni admiradas por el mundo. Se confunde por
su mentalidad pesimista, al pensar que ellas no tienen sentido de existir porque
nadie las ve; los animales las aplastan y matan al caminar. Pero para Dios
esas flores tienen un sentido y nos da una lección de optimismo; las crea para
que existan como un tesoro escondido que alguien encontrará y el maravillarse de
ellas por tan solo un instante es suficiente para que ellas existan. A Dios le
basta que uno solo las aprecie y agradezca, para dejarlas crecer, además de que
cumplen su función en la vida como parte del ciclo en las leyes de la
naturaleza que Dios sostiene con su sabiduría. Pero Dios nos las ofrece para admirarlas y al maravillarnos de su
pequeñez, también podamos descubrir su grandeza. En este detalle de las
florecillas del campo del libro, podemos imaginar como es el AMOR DE DIOS que
humildemente se nos ofrece como ellas, feliz de amarnos, aunque nadie le ame a
cambio. Su amistad incondicional es el tesoro escondido y espera que aquel que lo encuentre quiera poseerlo. "El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. el que lo encuentra lo vende todo para comprarlo" (Mateo 13, 44).
La florecillas del campo También nos
enseñan que la mas grande belleza humana queda oculta a los ojos de la mayoría,
pero no a los ojos de Dios . ¿Cuales son esas flores silvestres que nadie
conoce de nuestro interior, pero que no debemos olvidar que existen? A veces se
nos olvida que Dios nos dio pequeñas cosas que nos hacen especiales y que nos
dan una belleza única, pueden ser talentos, habilidades, cualidades o capacidades que alguien descubre en
nosotros y que les cautiva. Me recuerdo que una amiga después de haberla dejado
de ver por muchos años, me contó que ella observaba la dedicación de mi mama al
coser mis vestidos, la había cautivado ese gesto de amor de mi madre y ahora
ella hacia lo mismo por sus hijas; había aprendido a coser y les manifestaba a
sus niñas el amor de esa manera. El amor nos invita a imitar sus detalles y a
desearlos. Cada respuesta de nuestro corazón al amor representan esas
florecillas de nuestro interior.
Otra enseñanza que nos dejan esas humildes
florecitas es de saber que no recibiremos el reconocimiento que merecemos o
deseamos, pero que sin embargo debemos manifestar esa belleza interior para la
Gloria de Dios. El consuelo es saber que nuestra victoria será alcanzar la
belleza a la que somos llamados, y Dios sabrá utilizarlo como conviene. Este es
el caso de tantos artistas, como Van Gogh; en su tiempo nadie reconoció su
talento, y su obra fue despreciada mientras vivía. El percibía algo distinto que plasmaba en sus pinturas y ese tesoro lo descubrieron mas tarde, y ahora su obra es un legado
para el mundo que todavía a muchos maravilla. Pidámosle al Señor que nos haga
descubrir y encontrar esos campos de flores de nuestro interior y que
trabajemos para que manifiesten su belleza dejándolos crecer libres, silvestres para que naturalmente florezcan.
La belleza nos alegra el alma, nos invita
a la gratitud y nos lleva a la
alabanza, es decir a halagar a Dios por su grandeza. Al maravillarnos de DIOS naturalmente queremos honrarlo con
palabras, sonidos, cantos, himnos, poesía o danza, eso es la verdadera alabanza.
El canto de los pájaros, el correr del agua de ríos, mares, cascadas, el
murmullo del viento , y hasta el mas diminuto insecto nos hace escuchar la
música de la vida, melodías que cantan al creador. Miedosa le dice al Pastor,
quisiera saber lo que dicen las aguas.
Y es la actitud que debemos tomar ante Dios. De petición y de búsqueda. "Pidan,y Dios les Dara; busquen y encontraran; Llamen an la puerta y se les abrirá"(LC 11,9). Pidamos la sabiduría de la vida para descubrir y admirar su
belleza!
El silencio interior
La Biblia nos enseña que es
el silencio interior lo que nos agudiza la capacidad de observación para poder
meditar y después contemplar. Dice Jesús: “El que tenga
oídos que oiga y el que escuche entienda”. Cuando Miedosa y el Pastor se
detienen en silencio frente al torrente, ella parece al fin abrir sus oídos al
entendimiento del lenguaje de las aguas
de una manera que puede interpretarlo. Es decir que puede traducirlo a
través de la poesía y la música
que nos ayudan a unir la cabeza y el corazón. El contemplar el sonido del agua
le hace descubrir una belleza desconocida y aprender a interpretar un nuevo
lenguaje que hace sentido tan solo para ella.
Me hace pensar en la expresión artística; la música, la pintura, la poesía,etc. que habla el lenguaje interior del hombre, del espíritu humano que expresa sus pensamientos, sentimientos, inquietudes y deseos, y que interpreta su visión de las cosas desde su libertad interior. A través de su trabajo el artista manifiesta su esencia, a veces incluso desconocida por el, pero que se plasma en su obra. El arte revela el espíritu humano y la percepción personal de la vida de una manera subjetiva, hablando un lenguaje que no todos pueden comprender, pero que se aprende cuando el espíritu humano se sensibiliza para percibirlo. Ese don recibido por Dios es la expresión del arte en todas sus manifestaciones; escritura, pintura, música, etc. y que revela al espíritu humano reflejando tanto su belleza como su oscuridad y tormentos. Pero cuando el artista es capaz de expresar amor a través de su obra, en ella se manifiesta la gracia del Espíritu de Dios que comunica al hombre una belleza y pureza que cautiva a quien lo aprecia generación tras generación. Cuando el amor se manifiesta en el corazón del artista, su obra transmite al mundo un mensaje de amor en un lenguaje que inspira y despierta lo mejor del hombre; su sensibilidad al amor.
Nuestras prácticas religiosas a través de la historia están llenas de motivaciones artísticas, y la pintura ha sido un medio de evangelización desde los primeros siglos cuando los cristianos pintaban símbolos en las catacumbas y después los frescos en cuevas hasta llegar al legado de Miguel Ángel en la cúpula de la capilla Sixtina. El arte nos sensibiliza al amor porque es don divino que nos dispone a aprender el lenguaje del espíritu.
Me hace pensar en la expresión artística; la música, la pintura, la poesía,etc. que habla el lenguaje interior del hombre, del espíritu humano que expresa sus pensamientos, sentimientos, inquietudes y deseos, y que interpreta su visión de las cosas desde su libertad interior. A través de su trabajo el artista manifiesta su esencia, a veces incluso desconocida por el, pero que se plasma en su obra. El arte revela el espíritu humano y la percepción personal de la vida de una manera subjetiva, hablando un lenguaje que no todos pueden comprender, pero que se aprende cuando el espíritu humano se sensibiliza para percibirlo. Ese don recibido por Dios es la expresión del arte en todas sus manifestaciones; escritura, pintura, música, etc. y que revela al espíritu humano reflejando tanto su belleza como su oscuridad y tormentos. Pero cuando el artista es capaz de expresar amor a través de su obra, en ella se manifiesta la gracia del Espíritu de Dios que comunica al hombre una belleza y pureza que cautiva a quien lo aprecia generación tras generación. Cuando el amor se manifiesta en el corazón del artista, su obra transmite al mundo un mensaje de amor en un lenguaje que inspira y despierta lo mejor del hombre; su sensibilidad al amor.
Nuestras prácticas religiosas a través de la historia están llenas de motivaciones artísticas, y la pintura ha sido un medio de evangelización desde los primeros siglos cuando los cristianos pintaban símbolos en las catacumbas y después los frescos en cuevas hasta llegar al legado de Miguel Ángel en la cúpula de la capilla Sixtina. El arte nos sensibiliza al amor porque es don divino que nos dispone a aprender el lenguaje del espíritu.
Dios nos invita a aprender un nuevo lenguaje,
a hablar nuevas lenguas, el lenguaje del espíritu. (1Cor12). En la oración en
lenguas, nuestro entendimiento queda en silencio para darle libertad al espíritu. Es el Espíritu Santo en nosotros el que ora en nuestro interior para
que alcancemos un nivel de unidad mayor con Dios orando como conviene y experimentando la gracia de su amor.
Cuando el lenguaje humano es insuficiente para expresar el amor, es
entonces cuando el Espíritu de Dios viene en nuestra ayuda y nos hace expresar en una lengua desconocida. Esta lengua del
espíritu, que es el lenguaje del Amor, es como lo que le expresamos al bebe cuando llenos de ternura nos
hace balbucear y hablar sin palabras, comunicándole con sonidos nuestro amor. Se
parece también al lenguaje de los enamorados diciendose “cuchi cuchi” y otras cosas.
La alabanza que nos lleva a cantar y tararear melodías nuevas para Dios,
y hablarle en un nuevo lenguaje del Espíritu; abre nuestro corazón de niño para recibir amor y dejarse amar!
BENDICIONES
Ana Maria
BENDICIONES
Ana Maria
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amare, y me manifestare a él”. Juan 14:21
ReplyDeleteAl estar sensible por la pérdida del ser querido que mas sentía que me amaba, Dios en medio del consuelo supremo que me daba, me regalo el signo de un alma sensible para poder observar los detalles de amor que me enviaba; para sentir que de algún modo seguía estando con mi ser querido y que estábamos conectados por su divina presencia de amor. No podría haber sido mejor regalo que el de mandarme tantos mensajes por medio de la naturaleza, de personas, mensajes escritos, música y en realidad todo lo que expresaba vida y amor; los mismos que hacían menos doloroso el momento que estaba viviendo y me llevaban a una nueva experiencia divinamente espiritual.
A través de esos mensajes hermosísimos, Dios me fue mostrando el camino de mi vida, las cosas que estaban bien y las que debería cambiar. Cambio mi panorama de dolor en un sentimiento de comprensión y aceptación de las cosas de este mundo que no puedo cambiar pero que si puedo transformarlas en bien para mí y para todo lo que me rodea. Fueron y son aun muchísimos mensajes que van dándole sentido a mi vida, a lo ocurrido, a lo que estoy viviendo y a lo que está por venir.
Una de las grandes cosas que fui descubriendo es que, estando en sintonía con lo espiritual, puedo presenciar más esos detalles que me llenan de paz, alegría, conformidad y una nueva esperanza de mi sentir. Hoy en día, después de algunos años puedo saber que eso no fue momentáneo, puedo experimentarlo siempre que desee; solo depende de cómo yo decida sentirme en cada momento y experiencia de mi vida. Dios siempre está conmigo, soy yo la que con mi voluntad opto por estar en su presencia o no, de buscarlo y de seguir su plan divino a través de su palabra que me da vida y que es la única verdad para mí y para todos sus hijos que lo siguen y desean experimentar su amor. La vida está llena de detalles y mensajes de Dios, solo hay que verlo con los ojos del alma y para eso necesitamos buscar la conexión con su Santo Espíritu.
El plan de Dios es maravilloso, difícil de entender para el que no está abierto a su divinidad, pero es una gran bendición para quienes vamos en búsqueda solo de él, de la única verdad y lo buscamos primero que todo y vivimos con esa confianza de que él se encargara de nuestro vida si le permitimos entrar en nuestro corazón. Lo demás no debería preocuparnos si solo confiamos en el, si le entregamos nuestro hoy todos los días y si vivimos con su presencia en nuestras vidas y se lo comunicamos a nuestro prójimo, con nuestro actos y comportamientos identificándonos más con nuestro Jesús; amando como él, sintiendo como él, siendo cada vez mas como él.
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
(Romanos 8:38,39)
LA ALEGRÍA DE LA VIDA ESTÁ EN EL "AMOR". LA BELLEZA DEL ALMA ESTA EN EL "AMOR".
ReplyDeleteEse amor que solo podemos sentir cuando ya hemos dejado que Jesús nos ponga la semillita del amor verdadero en nuestro CORAZÓN.
Este capítulo me hizo reflexionar mucho en cuanta falta tenemos hoy de amor verdadero, por eso nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestra falta de compasión por los demás, el no querer sacrificarnos ni sufrir por nada ni por nadie.
He aprendido que la belleza esta en las cosas más simples, en tener una vida tranquila, en vivir la paz interior, y sé que todo estas cosas las puedo tener todos los días si le digo que si a Jesús, si lo invito todos los días a orar conmigo a meditar conmigo a caminar conmigo, siendo el mi guía para no perderme fácilmente.
Cuando el Amor crezca en ti, ……, comprenderás muchas cosas que jamás soñaste.
Señor Jesús quiero vivir todos los días en alegría y en ese Amor que ya esta empezando a crecer en mí.
"Tienen muchísima belleza y dulzura que dar y ninguno al cual prodigárselas, ni siquiera alguien que quiera apreciarlas."
ReplyDeleteEsta parte del libro me hizo reflexionar mucho sobre los reales sentimientos interiores de Miedosa, aunque sus palabras se referían a las flores silvestres que crecían desoladas sin que nadie las viera y apreciara yo sentí que en verdad ella se refería a sí misma. Miedosa que es de una apariencia común y un poco fea no era para que alguien se fijara y apreciara su físico. Pero Dios no le dio el físico que el mundo llama bello y vanagloria, y caen algunos llenándose de vanidad y presunción. No, Dios le dio a Miedosa una belleza más hermosa oculta a los demás. Pero no oculta a los que verdaderamente aman, así como el Pastor podía ver su belleza. Pero dentro la mentira que creía Miedosa había una verdad que su alma si reconocía aunque ella conscientemente todavía no lo veía, "tienen muchísima belleza y dulzura que dar." Y el Pastor reconoce la reafirmación que necesita oír su corazón y apartar de su mente la mentira. "NADA DE LO QUE MI PADRE Y YO HICIMOS ES JAMAS EN VANO." Y él sigue hablándole de una verdad que muy poco comprenden. "Todas las bellezas dignas de consideración en el alma humana, sus mayores victorias y sus mas esplendidos logros son siempre los que no conoce ninguna otra persona, o que apenas se perciben. Muchos de una vida tranquila, común y corriente, oculta y desconocía para el mundo, son un auténtico jardín el que brotan las flores y los frutos del Amor con tal perfección que es un lugar de deleite donde el mismo Rey del Amor camina y se regocija con sus amigos. Algunos de mis siervos, en realidad, ganaron grandes y visible victorias, otros hombres los aman y reverencian como es debido, pero siempre sus mayores victorias son semejantes a las de las flores silvestres, esas que nadie conoce."
Y este parte me recordó lo que nos enseña Jesús, "los humildes serán exaltados" (Luc 1:53) y "los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos" (Mat 20:16). Dios no está interesado que nos ganemos la alabanzas del mundo, pero como esas flores silvestres canten el canto de sus colores y den gloria aquel que las creo. Y como nos escribe San Juan de la Cruz en la Suma de la perfección:
Olvido de lo criado,
memoria del Criador,
atención a lo interior
y estarse amando al Amado.
Ya cuando me puedo olvidar de todo lo criado, de todo lo exterior y me fijo en mi interior allí encontrare al Criador y es entonces que estaré amando al Amado. Y es así que puedo escuchar el dulce murmuro de su voz, el corazón se llena de su dulce gracia y se abren los ojos y los oídos y se percibe la dulce melodía que toda su creación toca en una bella sinfonía de Amor. Y es así como me regocije con Miedosa al ella reconocer que ella es valiosa, que absorbió esta verdad, DIOS MIRÓ TODO LO QUE HABÍA HECHO, Y VIO QUE ERA MUY BUENO (Gen 1:31), la verdad la libera de la mentira y puede ella escuchar a toda la creación alabarlo. Que bello entrar en la sinfonía del amor, que bello percibir su grandeza y bondad, que sanador percibir su divinidad en todo lo creado, en un bálsamo para el alma. Y que bello más aun que el hombre que ama pueda escuchar y hablar su lenguaje! Y así penetrar con todo la creación en cantar las canciones del Amor. Y hagamos como pide Pablo en Fil 3: 1, HERMANOS MIOS, ALÉGRENSE EN EL SEÑOR.
AMEN…