Capitulo 4 - SEGUNDA PARTE

REFLEXION

  
                     ACEPTAR LA PENA Y CONTRARIEDAD


      MIEDOSA CONOCE A SUS DOS ACOMPAÑANTES. La primera parte del capitulo nos revela el mensaje de un nuevo lenguaje, incomprensible para la mente y muy claro para el corazón. Nos invita a desear comprender el misterio del amor de Dios que nos habla a través de pequeños detalles y  nos comunica su belleza, amor y alegría a través de las flores, los ríos, las aves, etc. El lenguaje que manifiesta la vida misma, y que es un constante movimiento que unifica todo en un solo mensaje del amor de Dios que solo el corazón puede entender.

   Dios nos dejó grabado en el corazón de cada ser humano, la capacidad de desear y anhelar lo bello, lo puro, lo perfecto, lo ordenado y armonioso; esa sensibilidad al amor que es capaz de sacar lo mejor de cada persona.  Por eso cuando encontramos a Jesús y nos manifiesta el amor de Dios tan clara y personalmente, nos llenamos de una vitalidad nueva y desconcertante para muchos, porque despierta todos nuestros sentidos a la alegría y al amor.  La locura del amor de Cristo es contagiosa y su Espíritu nos llena de una vida tan extraordinaria que su acción y a veces escandaliza o asusta a quienes la observan, porque nos lleva a querer manifestar un entusiasmo que los demás no entienden y hace que nos miren como locos (por eso conviene discernir en la prudencia nuestras expresiones de amor, ya sea a Dios  y a nuestros seres amados; para no ser motivo de escándalo).

   En Pentecostés, cuando los discípulos quedaron llenos del Espíritu Santo, comenzaron a hablar nuevas lenguas, y era tal el fervor y la alegría que algunos pensaron que estaban borrachos. Sin embargo, hablaban un lenguaje que todos podían comprender y les daba la certeza de vivir una experiencia sobrenatural; el lenguaje del Espíritu. Era el amor de Dios que gritaba al mundo: ¡JESUS ESTA VIVO!, llénense de gozo y alegría porque ha sido derramado su amor a los hombres a través del Espíritu Santo; para que todo aquel que ama pueda comprender este nuevo lenguaje, que la mente no entiende pero que comunica una vida nueva, una vida divina, vida plena en el amor de Dios.

     Miedosa había sido inundada de esa vida nueva en la experiencia de amor  con Jesús,  había contemplando la belleza y pudo hacerse una con Dios, la naturaleza y lo creado. Esta consolación la hizo tan feliz que hubiera querido vivir en ese estado para siempre. Pero en esta vida terrena nada es permanente y se necesita seguir avanzando. Una vez que alcanzan a ver las montañas, el Pastor le anuncia que dos guías la acompañaran en la subida. Ella esperaba caminar al lado del Pastor todo el recorrido hacia los lugares altos, y eso le daba seguridad y consuelo haciéndola sentir fuerte, pero cuando se da cuenta de que su deseo no será cumplido tal y como ella esperaba, nuevamente se  llena de temores, se queja y rebela.

   Dios no quiere que caminemos en la vida dependientes ni apegados de las personas o las cosas sino que mas bien pongamos nuestra confianza en El, que nos llenará de la gracia de su Espíritu y nos dará la fortaleza, y paciencia para soportar todas las pruebas.

   Cuando Miedosa mira a lo lejos  la casa de sus parientes Temerosos, se da cuenta que el único camino que tiene para seguir adelante es el de la confianza, y regresar atrás no es una opción para ella; entonces acepta seguir adelante diciéndole al Pastor: “ Yo haré lo que tu quieras”. Esto nos recuerda el “fiat” de María en el milagro de la Anunciación. María reconoce la grandeza de Dios y humildemente desea obedecerle aunque no comprende nada; y acepta Su voluntad con confianza,  que es lo que a Dios  mas le agrada. Esta es la mas grande enseñanza que podemos recibir sobre la vida cristiana, y nos la da nuestra madre, quien supo amar, honrar y halagar a Dios;  alabándole y agradandole de manera perfecta al ofrecerse a sí misma como esclava, como niña pequeña en total confianza  a su Padre amoroso, diciéndole: “Hágase en mi según su palabra” . María vive completamente unida a la voluntad del Padre y nos enseña el modelo de la perfección cristiana.

    Jesús en el huerto de los olivos, cuando sudando sangre acepta beber el cáliz de sufrimiento por amor, nos enseña que la verdadera entrega consiste en la actitud de confianza  en el amor de Dios que conoce sus designios y nunca nos defrauda cuando ponemos en El nuestra confianza.  Ante el acto de entrega de Miedosa, el Pastor le dice con dulzura : “ Tienes una verdadera belleza Miedosa, tienes ojos que traslucen confianza”. Esta frase me conmueve, porque Miedosa, a diferencia de María, ella es desconfiada y dudosa, su cobardía me desespera un poco, sin embargo El Pastor  no solo le tiene paciencia, sino que le exalta como cualidad lo que a mi  me parece que es su mayor debilidad. Aquí comprendo claramente la frase de San Pablo en (2,Cor 12,10): “Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque CUANDO MAS DEBIL ME SIENTO ES CUANDO MAS FUERTE SOY”. Dios es capaz de transformar nuestra mayor debilidad en nuestra mayor fortaleza. ¡Esta es la grandeza de la transformación cristiana! ¡Esta es la belleza  de la conversión!   La comunión con Cristo en el  amor, nos hace ser imagen suya, disminuyendo nuestras debilidades para que crezca Jesús en nosotros y así, manifestándose la gracia y poder de su Espíritu podamos decir como San Pablo: “¡Ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí!”

   El Pastor la reafirma en la confianza  para después presentarle una realidad difícil de aceptar: Miedosa tendrá que caminar en la vida con la AYUDA DEL SUFRIMIENTO, y le  pone como acompañantes y guias  la pena y la congoja para que le sirvan de ayuda. Se volverán sus compañeras inseparables en el camino. Es lógico que esta realidad nos deje inconformes  porque no deseamos la contrariedad, pero es parte de la voluntad divina que nos toca aceptar en nuestra realidad humana. Este libro nos ayuda a asumir la pena con conformidad y gozo.


   Esas dos mujeres con los rostros velados le parecieron a Miedosa sus enemigas mas que sus compañeras, el misterio de sus rostros la llenaba de temor y se preguntaba ¿Por qué se esconden? ¿Por qué no hablan? ¿Por qué son  tan hoscas? ¿Por qué tengo que ir con ellas? ¡¿Por qué me haces esto Pastor?!

    El Pastor le trata de alentar invitándola a entender un nuevo lenguaje a través del silencio de sus guías; ella lo puede relacionar esto con el lenguaje de las aguas que recién había comprendido. También le confirma que serán sus mejores maestras la Pena y La Contrariedad, y que poco a poco, mientras vaya comprendiendo su lenguaje, descubrirá sus rostros; que los vera, ya no con sus ojos llenos de temor y desconfianza, sino con los ojos de Jesús que reconoce el valor que ellas tienen.

   Esto me hace pensar en la amorosa providencia de Dios que nos da lo que necesitamos, pero no necesariamente lo que mas nos gusta o deseamos. Por ejemplo, el caso de muchos que no comprenden la decisión de Dios al elegir los padres que tenemos; El en su sabiduría infinita nos da a cada uno los padres que necesitamos, El sabe que serán nuestros mejores maestros, aunque a veces de lo que mas tengamos que aprender, es de sus errores. Quisiéramos tener una madre perfecta y abnegada como María  y un padre providente, justo y tierno como José, y sin embargo nos toca tener una madre muy débil de carácter o poco afectiva o a veces intolerante y un padre abusivo o ausente y entonces nos rebelamos contra esta realidad porque desearíamos tener en nuestros padres el refugio perfecto. Sin embargo Dios, que nos da su protección amorosa de Padre y Madre a la vez, es nuestro único refugio seguro y permite que aprendamos de nuestros padres las mejores lecciones de vida, aunque a veces sean dolorosas (cuando por sus debilidades humanas nos hieren). Dios se vale de  todas las experiencias para enseñarnos el camino correcto; a veces aprendemos de sus virtudes y otras veces es a través del camino del error de nuestros padres que aprendemos la opuesta virtud.

   Y así, tantos padres ejemplares, dedicados con amor y entrega a sus hijos, nos sorprenden cuando descubrimos que ellos mismos fueron niños abandonados o abusados por su padre o madre. Y es por el dolor que experimentaron que eligen dar a sus hijos que aman  una experiencia distinta, evitando hacer aquello que les hirió de sus padres. Esta lección de vida nos recuerda que la Voluntad de Dios es perfecta y que al elegir a nuestros padres aquí en la tierra, El nos confirma que permite todo para nuestro bien, siempre y cuando le respondamos con amor. Por eso nos da el mandamiento de honrar a nuestros padres; no nos dice hónralos solamente si son buenos. Nos dice hónralos porque son un regalo para tu vida, y de ellos aprenderás las mejores lecciones, son los mejores guías que te pude encontrar entre todos los seres humanos. Son el regalo para ti que necesariamente te llevará a encontrar el camino del amor si aceptas con confianza a Dios en tu vida.
  

   Que alegría y satisfacción sienten aquellos hijos que viven agradecidos de sus padres y les devuelven en la vejez toda la honra que merecen tan solo por haber sido instrumentos de Dios para que recibieran el don de la vida, así sea que los hubieran abandonado, ese regalo es el mas grande recibimos de ellos. Cuanta paz nos da vivir reconciliados con nuestros padres y agradecidos a Dios por lo que aprendimos, no solo de ellos sino a través de ellos. Pidámosle a Dios que nos ayude a aceptar esta realidad para poder honrarlos como Dios quiere y que podamos también confiar que El mismo  nos ha designado  para ser los mejores guías de nuestros hijos.  Esforcémonos para que puedan decir un día que aprendieron de nosotros de las virtudes y buen ejemplo que les dimos. Demos gracias a Dios por las virtudes de nuestros Padres y  agradezcamos también sus fallas que nos ayudado a seguir un camino mejor; y mirando con objetividad analicemos sus actitudes, no para juzgarlos ni mucho menos para condenarlos, sino para comprenderlos, aceptarlos, perdonarlos y amarlos porque Dios los ama y nos los dio como signo de su amor.  Y así, la intolerancia que vi en mi padre me pueda llevar a aprender a ser paciente, la entrega en el servicio de mi madre me lleve a servir con dedicación a los demás, el alcoholismo de mi padre me ayude a rechazar los vicios y así todo colabore para hacerme una mejor persona y libremente elija amar lo que Dios ama.

   Pero Miedosa dice, yo hubiera preferido otros acompañantes, por ejemplo Gozo y Paz; hubiera preferido unos padres ricos o cultos o menos indiferentes, etc., y Jesús te pregunta. ¿No recuerdas que todo sucede para bien de los que aman a Dios? ¿Confiarás ahora en Mi, Miedosa, Confiarás en mi Pedro, Juan, Carlos, , Isabel, Alejandra, Manuel……..? Prefieres venir conmigo Miedosa o deseas volverte atrás al Valle de los Temerosos, preferirás confiar en el plan perfecto de Dios o vivir renegando de lo que tienes y amargándote porque no te gusta lo que Dios te ofrece?

    Nadie quiere elegir un camino de dolor y contrariedades, y Dios NO nos pide que elijamos ese camino como la opción mejor. Simplemente nos dice que cuando El permite la  prueba, y nos toca que nos acompañe el sufrimiento, lo aceptemos  confiando en Dios, porque El sabe lo que nos conviene en ese momento determinado; resistirnos solamente nos traerá mayores sufrimientos. Si nos preguntamos el ¿Por qué lo permites Señor? Como lo hacia Miedosa, solamente acrecentamos nuestra frustración, pero si nos preguntamos ¿Para qué lo permites Señor? entonces si encontramos un propósito lleno de respuestas que nos irán fortaleciendo a lo largo del camino.Y es en el camino de la cruz que encontraremos las respuestas. “Padre, si puedes aparta de mi este cáliz de sufrimiento, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” dijo Jesús en el huerto de los Olivos antes de su Pasión.

    Lo único que podemos hacer es lo que hizo Miedosa; pedirle a Dios: ¡Señor ayúdame a confiar en ti! Es la misma actitud del padre del muchacho atormentado por el demonio cuando le pide a Jesús: ”Si puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: ¿Cómo que si puedes? ¡Todo es posible para aquel que cree! Entonces el padre le contesto: YO CREO. ¡AYUDAME A CREER MAS!” (Marcos 9,22-24) o como hicieron los discípulos cuando Jesús les habló de que si no comen la carne y beben la sangre del hijo del hombre, no tendrán vida eterna; esto fue muy difícil de aceptar y muchos de los que le habían seguido, lo dejaron y ya no andaban  con El porque se acobardaron por la duda y el temor. “Jesús les pregunto a los doce discípulos: ¿También ustedes quieren irse? Pedro le contesto: ¿A DÓNDE IRIAMOS SENOR, SOLO TU TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA!".

    Miedosa le dice ¿A quien iré? Jesús le recuerda a Miedosa eso mismo que le dijo al jefe de al sinagoga cuando le avisaron que su hija había muerto, y Jesús le dice: “NO TENGAS MIEDO, SOLAMENTE CREE, y tu hija se salvara.” (Lc 8,50). Jesús va a su casa donde todos lloraban, pero cuando la toma de la mano y le ordena “ ¡Nina, levántate!”, ella resucita y Jesús pide que le den de comer, todos quedan admirados ante el milagro.  ¡Esa es la confianza que tenemos  que tener!; Cuando Jesús nos toma de la mano, nos rescata del abismo de la muerte y nos devuelve a la vida. En fe Miedosa deberá caminar sin ver ni sentir que su Pastor la lleva de la mano, pero confiando que  El la guía y se vale de instrumentos a veces odiosos para acompañarnos. ¿No es este el caso de muchos lideres religiosos que a pesar de dejarnos grandes enseñanzas de Cristo a través de su predicación nos parecen antipáticos? O aquellos servidores de la iglesia de los que recibimos mucha bendición de Dios y sin embargo nos parecen odiosos y los rechazamos; pero Dios los envía como mensajeros suyos para que nos sirvan! ¿Y  no es esta reflexión una buena oportunidad para aceptar a esos ministros de la gracia de Dios con mayor gratitud? ya sean laicos o sacerdotes, monjas o pastores que nos desagradan. ¿Acaso Jesús no nos llama a aceptarlos y amarlos?

    Cuando Miedosa por fin es capaz de humildemente pedirles a las dos figuras veladas “ Por favor, guíenme en el camino”, el Pastor se sonríe y le da LA PAZ.  Cuando finalmente se abandona en la voluntad de Dios, es cuando recibe el consuelo de la paz y la alegría; por fin se termina su lucha interior causada por su rebeldía y es capaz de recibir el regalo de ser acompañada en el camino con una nueva conquista que ahora la hace mas fuerte; el haber vencido en la batalla contra el miedo a sufrir.

Bendiciones

Ana Maria