REFLEXION
Continuamos
con “El cuento de nunca acabar"; cuando las cosas no resultan como uno
quiere, nacen la frustración y el desánimo.
Miedosa
no aprende todavía a aceptar las dificultades, su único objetivo es conquistar
las alturas cuanto antes posible y lo mas fácil que se pueda, con tal de que
pueda dejar atrás y de una vez por todas su torpeza, para poder comenzar
una vida nueva. Su urgencia por tener “pies de cierva”, le ha hecho
sobreponerse a muchas dificultades, pero su objetivo le parece casi
inalcanzable. Además, darse cuenta que la conquista de los Lugares Altos es mas
difícil de lo que pensaba, la tiene desesperada y no quiere mas contratiempos,
¡Ya quiere ver el final!
El caminar con esa
impaciencia solo le ha hecho mas difícil aceptar los obstáculos . Miedosa no
acaba por entender que el camino de la conquista es de subidas y bajadas, que es largo y lleno de imprevistos y
através de ellos será probada su naturaleza y su fe al extremo. No ha entendido
que no importa cuanto esfuerzo haya hecho por ganar una batalla, tiene que
seguir con fuerzas para luchar y ganar la guerra. Ilusoriamente espera
que las pruebas ya hayan terminado y baja la guardia antes de tiempo.
Aquí
esta, en el valle de la perdida, dándose cuenta que tiene que bajar y comenzar
de nuevo la subida, y que la
escalada que había logrado conquistar con tanto esfuerzo, no era la definitiva.
Este camino incierto y lleno de sorpresas cada vez la incomoda mas.
La vida es así; ganar y
perder, subir y bajar, éxito y fracaso, alegría y tristeza, consolación y
desolación. Y cada estado, ya sea en la cúspide o en el abismo, no es
permanente, sino que es de continuo cambio pero siempre lleno de esperanza. Porque el objetivo de Dios en ambos
casos es moldearnos en el aprendizaje y fortalecernos en la voluntad.
Quisiéramos llegar a la cumbre y permanecer ahí, pero eso solo prolongaría el
golpe al caer. No seamos como esos niños mimados a los que algunos padres se
empeñan en cumplir todos sus caprichos, que no saben valorar las cosas, y nunca
aprenden a perder ni a luchar, o como esos niños indigentes que nunca tuvieron
nada, se dieron por vencidos en la lucha por tener y se conformaron con nada,
sin tener una voluntad firme, ni motivación para luchar. De estos dos extremos
debemos rescatar el balance. Saber que cuando no tenemos lo que deseamos,
conviene luchar por conseguirlo sin desanimarse y que cuando tenemos
satisfacción y contento, aprendamos a disfrutar y agradecer sin apegarnos
sabiendo renunciar cuando haya que sufrir la perdida. Nada tangible es permanente,
nada esta asegurado, eso es ilusión Infantil, solo Dios permanece, ¡De El hay
que apegarnos!
Las
variables concretas que podemos controlar en la tierra con modelos económicos o
sociales son muy pocos. ¡En nuestra condición humana no podemos escapar
de la incertidumbre! Por eso hay que darle a cada dia su propio afán. (Mateo 6,31-36). Así que no se preocupen, preguntándose: '¿Qué vamos a comer?' o '¿Qué vamos a beber?' o '¿Con qué vamos a vestirnos?' Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Me
parece muy valiosa la enseñanza de este capitulo: La pérdida puede ser
dolorosa, indeseable, terrible, inesperada y a veces trágica o devastadora.
Esta prueba conlleva sufrimiento inevitablemente, porque no nos gusta perder,
nadie lo quiere. Aunque a veces estemos convencidos que esa pérdida es
necesaria, tratamos de evitarla a toda costa con toda clase de maniobras,
licitas e ilícitas, y ponemos en riesgo muchas cosas con tal de no perder. Esta
una reacción humana muy normal, impulsada un poco por la posesividad, la
competencia, el orgullo, el miedo, etc. No importa de que pérdida estamos
hablando, ya sea salud, dinero, relaciones, prestigio, poder, autoridad,
etc., perder lo que tenemos o peor aun, perder la posibilidad de alcanzar lo
que deseamos conseguir, nos provoca una crisis (como aquellas parejas que no
pueden tener hijos o quien tiene que aceptar un enfermedad terminal). Pareciera
que ahí se agotan todas las posibilidades. Que ya no vale la pena ningún esfuerzo,
y solo quedara resignarse; sin embargo, no es así, ¡La pérdida nos ofrece
nuevas posibilidades!
El
ejemplo que nos da el libro en el precipicio de la pérdida, es simplemente un
nuevo comienzo, pero en otra dirección. Pudiera ser un nuevo camino de adopción
para esa pareja, y para la persona enferma terminal también hay una nueva meta,
una nueva conquista, quizás ya no la salud física, sino la salud espiritual.
Mientras haya vida, siempre habrá una nueva montaña, una nueva meta y dirección,
una nueva ambición.
Lo
importante es no desfallecer y confiar en
la providencia y amor de Dios, hasta llegar a reconocer que ¡Solo Dios basta!.
Cuando Miedosa por fin se da
cuenta de que perder todo lo temporal, aunque es doloroso, nada podría compararse con perder al Pastor,
ella puede entonces hacer su oración de entrega en el altar. Miedosa esta dispuesta
a reponerse de cualquier pérdida, pero hay una sola de la que no esta dispuesta
a renunciar y esa es la amistad con el Pastor. El es su fuente de seguridad y
su esperanza, ¡No puede imaginar perderlo! ¡En el altar ella ofrenda
perderlo todo menos a Jesús!! Esa es la conquista verdadera, jamás renunciar a
la salvación que nuestro amado Pastor nos ofrece y perseverar hasta el final.
NOTA:
La intención del dolor en el hombre es hacerte fuerte para soportar. El dolor colabora para tu bien si lo afrontas con valentía es decir sin ignorarlo o aniquilarlo. El dolor te sirve si aceptas la prueba pacientemente. Cuando eres capaz de resistir el dolor fisico, emocional, etc. eso entrena tu voluntad y te puede enseñar a dominar tus instintos, haciendote cada vez mas fuerte ante la adversidad. Entonces tambien tendrás la fortaleza para controlar tu deseos de placer y enterrar los que no son buenos para ti o los demás. Usar el dolor para lapidar el placer. El dolor te sirve para lapidar, echar fuera o no dar lugar a disfrutar el placer que no te conviene. Eso es el dominio propio!
Bendiciones
Ana María
Cuando la niebla se disipo en un giro del camino Miedosa descubrió que el sendero bajaba en picada por la ladera de la montaña a un profundo valle y a través del otro lado había una montana más alta que el Precipicio de la Injuria. Ahora "el sendero las conducía a un valle tan bajo como el Valle de la Humillación. Toda la altura que habían ganado, después de su largo y penoso viaje, debían darla por perdida y tendrían que comenzarlo todo de nuevo como si acabaran de empezar y no hubieran soportado tantos dificultades y pruebas." Aquí Miedosa quedo desplomada, otra vez volver a empezar, y ahora más difícil que la anterior. "Y se pregunto si en realidad sus parientes no tenían razón al fin y al cabo y si ella debía o no haber intentado seguir al Pastor. Como podía seguir a una persona que pedía tanto, que exigía cosas tan imposibles, que le quitaba todo? Si bajaba allí, en lo que respecta a alcanzar los Lugares Altos, debía perder todo lo que había ganado en el viaje hasta ahora…Por un negro y horrible momento, Miedosa considero en verdad la posibilidad de dejar de seguir al Pastor, de volverse atrás….Durante esos horribles momentos, a Miedosa le parecía que estaba mirando un abismo de horror, en una existencia en la que no había ningún Pastor al cual seguir, ni en quien confiar, ni a quien amar..ningún Pastor, nada más que su propio y horrible ser. Para siempre, parecía que miraba al mismo infierno. Al final, en ese momento, Miedosa grito..la única palabra posible. Pastor! Pastor! Pastor! Ayúdame! Donde estas tu? No me dejes?"
ReplyDeleteTemblando, sollozando y aferrada a Él le suplicaba que no importaba si la quisiera engañar acerca de la promesa de los pies de cierva, del nuevo nombre, o de cualquier cosa lo podía hacer solo que no permitiera que la dejara. Veía el quebrantamiento total de Miedoso, todo su ser sabia que ningún logro, ninguna meta, ninguna posesión, ninguna persona, ninguna cosa, valía la pena si era vivir sin el Pastor. El es el alfa y el omega, es el comienzo y el final de toda nuestra existencia lo único que importa es tenerlo a Él siempre a nuestro lado. Y en este quebrantamiento de Miedosa de perder todo lo que había logrado me daba cuenta como a través de nuestras vidas también hemos sido quebrantados de una manera u otra perdiendo nuestros trabajos, amigos, posiciones, logros, seguridad económica, salud, parientes que han muerto, mudanzas, etc.… Pero para ella en esa pérdida mirando el abismo tan profundo, "la sobrecogió y espanto tanto su corazón que sintió que nunca más seria la misma. Sin embargo, SE ENFRENTO AL HECHO DE QUE ALLÍ EN LO MÁS PROFUNDO DE SU CORAZÓN SOLO TENÍA UN APASIONADO DESEO, NO POR LAS COSAS QUE EL PASTOR PROMETIÓ, SINO POR EL MISMO. Todo lo que anhelaba era que se le permitiera seguirlo para siempre. Otros deseos quizá clamaban con fuerza y furia cerca de la superficie de su naturaleza, pero ella SABIA que ahora en lo más hondo de su ser estaba tan modelada su imagen que NADA SATISFARÍA SU CORAZÓN SINO EL MISMO." Y se dijo, "NINGUNA OTRA COSA EN REALIDAD IMPORTA SOLO AMARLO Y HACER LO QUE ME DIGA. No sé mucho el porqué debe ser así, pero es así. Siempre hay sufrimiento y pena al amar, pero es hermoso amarlo a pesar de esto, y si dejara de sentirlo, dejaría de existir."
Y este párrafo afirmaba para mi esta parte de la Biblia Mat 16: 25, "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará." Y como dijo Ana María en la ganancia o la perdida, en la subida o la bajada, en el éxito o el fracaso, en la alegría o la tristeza, en la consolación o la desolación, Dios nos lleva a ese lindo lugar que podamos reconocer que soy pequeña y pobre y que no puedo vivir sin él. Y me encanta esa oración de Santa Teresa de Lisieux : Lo que agrada a Dios de mi pequeña alma es que ame mi pequeñez y mi pobreza, es la confianza ciega que tengo en su Misericordia.
Y también decir como San Pablo, "porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." 2 Cor 12:10.
Y en este SONETO A CRISTO CRUCIFICADO escrita por Santa Teresa de Ávila lo dice todo:
ReplyDeleteNo me mueve, mi Dios, para quererte.
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por ello de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera;
pues aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.