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PIES DE CIERVAS EN LOS LUGARES ALTOS. CAPITULO 15. Las Inundaciones.

                                    
                                                                          REFLEXION


Heme aquí Señor que tu siervo te escucha.






"Por tanto, he aquí la seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón" (Oseas 2:14)
 Miedosa en este capitulo tiene una disposición interior de confianza y entrega, parece que el Pastor la ha saturado de signos y pruebas de su amor y protección, y ahora camina segura a su lado, aun cuando ella no lo ve. Porque la disposición de su corazón es de apertura y silencio interior, ahora esta atenta a la voz de Dios; la escucha y la reconoce.

Parece que Miedosa viviera experiencias de tipo místico, donde el Pastor no esta presente físicamente pero la voz interior de su corazón le dirige. Jesús ya esta grabado en su corazón y permanece en su presencia todo el tiempo, el le conversa, la dirige, la guía y ella le escucha, aprende y responde.

  Hanna Hurnard , en este capitulo presenta al Pastor como “La Voz”. Jesús le habla directo al corazón de Miedosa, através del sonido de la cascada, y ella esta dispuesta para obedecerle. Me parece que ahora esa voz interior le da una nueva convicción, una seguridad inquebrantable. Cuando pasan corriendo Amargura, Resentimiento, Orgullo y Autocompasión previniéndoles de la avalancha, y gritándoles: ¡Regresen en seguida! incluso sus compañeras Pena y Congoja dudan de seguir adelante, porque ven venir  la tormenta. Pero Miedosa esta firme en su decisión de avanzar, las voces de todos ellos, incluso de sus acompañantes no la hacen dudar, esta convencida de esa voz que le ordenó a subir a la gran cascada. Y me parece precioso que Dios la sustenta en su confianza de avanzar a pesar de todo, y las protege de la tormenta en una cueva segura que les tenia preparada. Ellas no tenían que huir temerosas, Dios se encargaría de proveerlas y protegerlas en la dificultad, en medio de la inundación ellas estuvieron a salvo. ¡Dios jamás defrauda a un alma que confía en El!

  Mientras Miedosa sacaba  de su bolso cada una de las piedras que recibió en los altares de ofrendas, ella escuchaba en su interior esa Palabra Viva que es Jesús. Esas piedras memoriales le sirven de recuerdo vivo de algo trascendente que permanece grabado en su mente y su corazón. Es la Palabra de Dios que recibió como enseñanza en cada prueba superada, en cada entrega de amor y confianza, en cada iluminación de fe recibida  y en cada desprendimiento de sus miserias.

Es la Palabra, la que se queda como presencia viva de Dios en cada uno de nosotros. Cuando hemos asumido la verdad de algún versículo de la Biblia como propia, la Palabra de Dios es nuestro alimento que nos da vida, que nos levanta y anima, que nos fortalece y ayuda a perseverar. Solo la acción del Espíritu Santo es capaz de hacer penetrar en nosotros esa palabra viva, pero la experiencia de amor vivida en su presencia nos lleva a conservar esa verdad en nuestro corazón para siempre, y a defender esa convicción ante toda prueba. Los mártires que dieron sus vidas por permanecer fieles a esa verdad, nos dan testimonio de la fuerza de esa palabra viva en sus corazones.

Esa decena de piedrecitas, son el recordatorio del amor de Dios que debe guardar Miedosa siempre. Mientras recorra su  camino de fe necesitara recordar cada experiencia para no volver a caer en el error. Una pequeña bolsa de piedrecitas, es todo el equipaje que ella necesita para seguir adelante.

Ya hemos dicho en otros capítulos lo importante que es recordar el amor, pero en este capitulo vemos que ES VITAL tener a la mano el recordatorio del amor, se necesita como guía y sustento. Esas piedras representan para Miedosa su BIBLIA; cada una de ellas, es un pasaje que Dios le ha grabado en su corazón. Un día, através de esa enseñanza, su Pastor le salvó la vida, la animó, le desenmascaró la mentira, le reveló su amor o le fortaleció. Ese es el efecto de la Palabra de Dios en nuestras vidas y  necesitamos siempre permanecer recordando su Palabra. De ahí la importancia de orar con la Biblia. A mi me gusta marcar con amarillo en mi Biblia, aquellos pasajes que en un momento dado me iluminaron o llenaron de fe, esperanza o amor, y cada vez que los leo me recuerdo de aquella experiencia que Dios me hizo tener, y esa memoria me renueva la fe y reaviva mi relación con Dios.

Su palabra nos invita no solo a la escucha, sino al dialogo de corazón con Dios. Les invito a perseverar en recibir diariamente el alimento de su Palabra, y a tener siempre la Biblia en  mano para no caer en la tentación,  para levantarnos si caemos y para perseverar en el amor y la confianza.

Bendiciones

Ana María

1 comment:

  1. Miedosa en el refugio de la cabaña encuentra todo para comer y descansar. Durmiendo escucha la Voz y responde, “Heme aquí, soy yo, mi Señor.” Ya pudiendo escuchar la Voz interiormente del Pastor, Miedosa obedece y se dirige a donde sale la gran cascada a entregar el anhelo natural del amor humano como ofrenda quemada. De pronto se oye un trueno y un relámpago rasga la niebla y salen corriendo Amargura, Resentimiento, Orgullo y Autocompasión gritándoles que se regresen que venía una avalancha y que corrieran para que salvaran sus vidas. Sus compañeras dudan por primera vez pero Miedosa en vez es más firme y dice “NO, no debemos volver atrás. Recibí una orden de subir al lugar en el que la gran cascada se derrama sobre la roca.” Inmediatamente dice ella esto y la Voz la dirige a un lugar seguro para que estén mientras pase la tormenta. Me hizo pensar en el Sal 23 “El Señor es mi Pastor nada me falta.” Y en Is 43:1,”No temas, que yo te he libertado; yo te llame por tu nombre, tu eres mío. Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogaras; si tienes que pasar por el fuego, no te quemaras, las llamas no arderán en ti.” Fui viendo la metamorfosis de Miedosa, en una mujer firme, obediente, y que confía en el Pastor. Consecuentemente los obstáculos se van solucionando sin ella pasar por miedos o preocupaciones! Bendito el hombre que confía en el Señor, y en el Señor pone su esperanza (Jer 17:7).

    Mientras se desbordaba la tormenta Miedosa segura en la cueva tomo su bolsita junto a su pecho y con cada piedrecita recordaba la ofrenda que había hecho y la palabra de Dios que había asumido como verdad de amor en su corazón. Y esto me movió hacer mi propio recordatorio de los diferentes versículos de la Biblia que también se habían vuelto verdades de amor en mi corazón al leer este libro y en mi experiencia de vida con Dios.

    Cuando termino Miedosa tenía un pequeño montoncito de todas las piedritas y sus compañeras Pena y Contrariedad, “ambas rieron de una forma extraña, y como si fuera de alivio y agradecimiento, y dijeron juntas:-Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayo, porque estaba fundada sobre la roca.”(Mat 7:25) Que bello ver como al asumir cada palabra de amor y verdad en el corazón va fundiendo nuestra Fe en la roca sólida que es Cristo Jesús!

    En el segundo día llega exhausta de cansancio a una pequeña meseta junto un arroyo donde la Voz le dice que tome para fortalecerse. Pero Miedosa trata y no puede la agua esta amarga. Y dice, “Mi Señor, no es que no quiera, pero no puedo beber de esta.” Que respuesta tan diferente a Jesús en Getsemaní, (Luk 22:40) “Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Aquí la Voz le dice que tirara un pedazo de la rama del árbol espinoso que crecía junto las aguas de Mará. Al poner la rama espinosa transformo el agua y Miedosa sedienta bebió sanándose y fortaleciéndose. Este relato era similar a Ex 15:22-27 “Entonces ellos se fueron al desierto de Sur, y durante tres días caminaron por el, sin encontrar aguas. Cuando llegaron a Mará, no pudieron beber el agua que allí había, porque era amarga. Por eso llamaron Mará a ese lugar. La gente empezó a hablar mal de Moisés y preguntaban: Que vamos a beber? Entonces Moisés pidió ayuda al Señor, y él le mostró un arbusto. Moisés echo el arbusto al agua, y el agua se volvió dulce.” Vemos que la cruz de Jesús es ese árbol que cambia todo lo amargo en dulce, y al beber de El nos sana y nos quita la sed y nos lleva a una nueva vida. Así como cuando Jesús le habla a la mujer de Samaria, “Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en el en manantial de agua que brotara dándole vida eterna (Juan 4:5)." El SEÑOR es nuestro sanador y de El bebemos para “tener vida en abundancia(Juan 10:10)."

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